No es nada especial.
Eran sólo dos niños pequeños jugando a disfrazar la verdad.
Y luego terminaron dañándose al darse cuenta de que no podían salir de su juego.
Es que entre mentiras, fueron dejando paso sin querer a sus verdades, a sus miedos y a sus amores y se volvieron vulnerables y empezaron a temer el uno del otro.
Y nunca más volvieron siquiera a mirarse a los ojos por miedo de causarse daño mutuamente. Se querían como nadie, pero se odiaban como todos.
martes, 12 de enero de 2010
either dejavu
Publicado por gabbie's en 6:53
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