Se volvió importante, mucho tal vez. Pero soy una pobre niña y tengo derecho a caer y querer y amar cuantas veces quiera y por tanto tengo derecho a llorar, sufrir y patalear el doble.
Pero se volvió importante y luego no estaba y luego ya no es lo mismo, pero está bien, incluso puede ser que esté mejor.
Y es que la vida cambia y si nos detenemos a pensar,
nos volvemos viejos, perdemos emociones.
Y sentimos que todos avanzan,
mientras nos quedamos esperando
Cosas que Nunca Llegan!
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