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Este año ha sido el más confuso.

Enero: Hacía cheer en UPAC, vaya vaya, estaba viviendo mi sueño y era tan feliz con cada elevación, cada salto e incluso cada caída. Extrañaba a mucha gente, obvio, pero me dí cuenta de que esto me servía para crecer no sólo como deportista, si no también como persona.
Febrero: Nerviosa por entrar a clases. Sin embargo, disfruté el verano junto a mi familia, como siempre.
Marzo: Que miedo empezar en un colegio nuevo. Por suerte conocía a alguien. Hice muchos conocidos, y creo que ni sospechaba lo unidos que seríamos.
Abril: Hace un año, estaba preparando mis cosas para partir, junto a la delegación chilena de Cheerleading a Disney, Orlando. Pero este año las cosas eran muy diferentes. En marzo había dejado cheer, para concentrarme en los estudios. Las notas... Bueno, no eran malas. Hice muchos nuevos amigos.
Mayo: Comenzamos a estresarnos preparando bailes y un cuantohay de espectáculos, pareciera ser que ibamos a montar un festival completo, pero no, eran simples actividades del colegio. Era todo tan lindo.
Junio: Mi cumpleaños. No pasó nada importante, la verdad. No me gustó este mes.
Julio: Por fin pudimos presentar lo que durante meses estuvimos preparando. Aunque, una persona jugó sucio, seguí adelante, orgullosa de que me hubieran atacado por considerarme una competencia, y no por otra cosa.
Agosto: Afiaté amistades con ciertas personas, al tiempo que con otras perdía contacto.
Septiembre: Mis notas no eran muy buenas, la verdad es que no estudiaba ni ponía atención en clases. Mis papás me apoyaron en todo. Mi papá me vió por primera vez bailar cueca.
Octubre: Uno de los peores meses del año. Perdí a una de las personas más importantes de mi vida. Lloré durante días y noches completas, porque hasta hoy me cuesta asumir que aquel alegre caballero ya no estaría esperándonos cada domingo en su casa, con la sonrisa fácil y el abrazo cariñoso que solía brindarnos. Me sentía un poco vacía, y sin ganas de nada. Fuí tn egoísta de pensar 'Por qué él, y no otro?'. Sin embargo, ya con el tiempo, me voy dando cuenta de que él necesitaba descansar y que debía estar feliz, porque disfrutamos más que cualquier nieto de su compañía, porque podíamos contar con el, y por supuesto, el podía contar con nosotros. Porque a pesar de que no iba a estar más, dondequiera que estuviese, iba a estar orgulloso de nosotros, porque jamás le importó si teníamos dinero o cosas así. Para el, todo era cariño y felicidad, una visión que muy pocas personas conservan hoy en día.
Noviembre: Seguía apenada por el hecho de que mi abuelo no estuviera. Me estresaba ver los campeonatos de cheer en la TV y saber que yo podría haber estado ahí .
Diciembre: Dejaré de ver a personas maravillosas, y los voy a extrañar, pero estoy segura de que el próximo año será aún mejor. Y creo que puedo decir que no fué el mejor año, pero aún así estoy agradecida de todo lo que aprendí.