Efe, Dé, Vé, Eme. Ese, Esos.

Me pregunto en qué va?
Dicen que la gente buena va al cielo, y los malos a todas partes.
Pero he de cuestionarme una vez más eso de ser buenas personas y el karma y todo.
He aquí el viernes dos personas que son buenas, que son decentes llegan y ven que por culpa de estúpidos sin vida deben cuidar triplemente sus pasos, cosa por lo demás injusta.
Después del viernes, como es de esperar, llega un sábado en que alguien tontamente me da la razón con todo lo que hace, que el concepto de juguete nuevo viene de juego. Que yo ya lo sabía. Que a mí después de tanto me afecta, pero tal vez sea porque yo quiero. Que qué importa? Es solo vida, y no voy a salir viva de ella, da igual si duele. Como diría Shakira, soy aprendiz de cada beso y cada cicatriz, y vaya si es cierto. Aquí va otra cicatriz y otro aprendizaje: la gente ya no toma nada en serio, no se preocupan de límites.
Para finalizar mi fin de semana, llega el Domingo, día que supuestamente es el día para mí mamá, y veo que alguien igual, o incluso más asquerosamente de malas intenciones que los que he mencionado anteriormente (no me refiero a él él como... Él, sino a otra persona va mi crítica en el segundo párrafo) y ha ganado en poco tiempo, tener el alero de gente que no debiese apoyarlo, pues más ciego es el que no quiere ver, y si esas personas supieran todo el daño que aquel asqueroso ha hecho, de seguro quisieran borrar de sus memorias el haberlo defendido y el haberlo preferido por sobre una persona que para mí gusto y el gusto de varios, es demasiado buena y desinteresada.
Qué de malo hay hoy en ser buenos?
Creo que para vivir en calma, sin contratiempos debes empezar a jugar sucio. Vaya mundo, vaya vida que debemos vivir. Vaya sociedad en la que debemos subsistir.

Llevamos un mundo nuevo dentro de nuestros corazones.