miércoles, 6 de enero de 2010

una viscosa criatura cubierta en baba

Amigos míos, seres vivos varios, ANSelmo.
Odio ser quien dá las malas noticias, pero sí, por primera vez me siento identificada con una princesa de Disney. Con la negra!

Sí, porque fijate tú que ella creía en pedir deseos, pero creía más en que las estrellas te muestran una parte del camino y tú tienes que dar todo de ti para que se cumplan.
Y así creció la niñita, con un sueño aferrado en el corazón, pero con el corazón desgastado por enfocarse en lograr lo que quería y perdiendo gente que no entendía por qué deseaba algo con tanto fervor.
Y así, hasta que un sapo, un viscoso animal cubierto de moco (...no de baba) la cree princesa.

Y así, lo típico, y para resumir y no hacer tan larga la espera.
Ella nunca buscó amor, su vida la movía un sueño, ese sueño que en el fondo todos tenemos y que sólo pocas personas perseguimos sin importar lo que digan. Igual, creo que es karma.

Vamos por el restaurant de Nueva Orleans, Tiana!
Vamos por ser la mejor cheerleader, Gabriela!

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