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No pretendo escribir poesía. No pretendo inspirarme en flores, animales o quién sabe que.
No pretendo demostrarte que conozco palabras raras.
Sólo me quedo con la gratificación de saber que en cada línea que escribo se va un pedazo de mí, de mis pensamientos y mi alma.

Y cada vez que lees
Estoy ahí.
En la sombra, en el viento
En las flores y en tus ojos.
Mis miedo se vuelven cercanos
Y mis suspiros son tu sonido habitual.
Y cada vez que no comprendes
Todo queda al revés y se convierte en un montón de letras.
Sin sentido, sin amor, sin razón ni corazón.
Pero, a fin de cuentas no importa.
Porque refresca mi alma y distrae tus ojos.